Una semana después de la inauguración del Capítulo General me atrevo a poner por escrito algunas sensaciones que han tocado mi corazón, me han hecho reflexionar y me han ayudado a rezar lo que Dios, a través de la delegación de los hermanos de mi Inspectoría, me está regalando en este CG29.

Y es que, desde que llegamos a Valdocco, se ha intensificado la profundidad y responsabilidad que acompañan este acontecimiento que toca de lleno la vida de la Congregación, de las Inspectorías, de las Casas y de cada uno de nosotros, los Salesianos de Don Bosco.

Para mí, que vivo por primera vez un Capítulo General, todo es novedad. Sin embargo, me gustaría destacar un par de reflexiones que me hacen aún más consciente de que hemos venido hasta la tierra de Don Bosco buscando inspiración ante los desafíos de nuestro tiempo.

La universalidad del Capítulo General 29

Uno sabe que la Congregación Salesiana está muy extendida en el mundo. Pero es en momentos como este cuando te haces realmente consciente del alcance de esta universalidad. Conocer hermanos venidos de las 92 Inspectorías del mundo es un regalo inmenso. Escuchar sus sueños y anhelos, así como sus dificultades y límites es todo un testimonio.

Los momentos de trabajo y reflexión en las comisiones, los espacios informales de paseo y de comedor, así como los tiempos de oración y celebración son oportunidades preciosas para reconocer la universalidad del carisma de Don Bosco que hoy sigue siendo una realidad en los 137 países donde nuestra Congregación está presente y sigue caminando al lado de los más jóvenes.

Desde la fe y la caridad pastoral, ‘peregrinos de esperanza’

El primer Capítulo General de los Salesianos tuvo lugar en el año 1877 en Lanzo (Turín). Fue presidido por Don Bosco y participaron 23 capitulares, 4 consejeros y 2 invitados. Tuvo como gran objetivo la consolidación de la Congregación. Hoy, en Valdocco (Turín), 148 años después del CG1, somos 224 capitulares los que estamos invitados a profundizar en el tema del CG29: “Apasionados por Jesucristo, dedicados a los jóvenes”. Conscientes de los desafíos de nuestro tiempo, queremos vivir este Capítulo desde la fe y la caridad pastoral, en un año jubilar marcado por la esperanza.

Es una gracia comprobar cómo estas tres virtudes teologales se manifiestan de una manera más que reconocible en cada jornada capitular: en la solemne Eucaristía de apertura que comenzamos simbólicamente en el patio de Valdocco, en las jornadas de retiro animadas por Don Pascual Chávez -Rector Mayor emérito-, en la clausura de los ejercicios espirituales en el Colle Don Bosco, en el acto de abandono a la Virgen de las Gracias en la catedral de Chieri, en el testimonio personal y fraterno de los hermanos, en la dinámica de la asamblea y las comisiones capitulares… Sin duda, estamos escribiendo las primeras páginas de un Capítulo que nos invita a vivir “Anclados en la esperanza, peregrinos con los jóvenes”.

En este día 24, le confiamos a nuestra Madre Auxiliadora los trabajos y frutos de este CG29. Ella, Madre y Maestra, nos proteja, ilumine y acompañe.