El Capítulo General se ha iniciado con un tiempo de Ejercicios Espirituales. Las palabras de D.Pascual han sido iluminadoras y especialmente significativa me ha resultado la invitación con las que las ha concluido en la homilía celebrada en el Colle Don Bosco. Nos ha pedido a todos los Capitulares una triple disposición:

Por un lado, el agradecimiento por la vocación recibida y por todo el bien que está haciendo la misión salesiana en el mundo, no solo para convertir lobos en corderos, sino para evitar que haya corderos que se convierten en lobos.

Por otra parte, la memoria de Don Bosco para conservar nuestro carisma con sus intuiciones, su espiritualidad, su unión con Dios, su genialidad educativa. Don Bosco nos habla a través de nuestras Constituciones, un texto que tenemos que conocer mejor para poder amarlo, rezarlo y vivirlo.

Por último, la inspiración para descubrir qué respuestas nos está pidiendo Dios que demos en esta evolución dinámica de la Congregación. Porque el carisma salesiano no son las obras que tenemos y no podemos fosilizarlo en un mundo en el que hay retos nuevos que atender.

Estos cuatro días hemos vivido un bonito clima espiritual y de comunión. La fraternidad se nota en el ambiente, aunque vengamos de culturas y contextos muy distintos. Los Ejercicios Espirituales nos han ayudado a poner las bases del trabajo que desde mañana comenzaremos.